Estirando el chicle de la paradoja de Teseo
¿Han oído hablar alguna vez de la paradoja de Teseo? Si les interesa profundizar, sitios como psicologiaymente.com o es.wikipedia.org ofrecen explicaciones detalladas. En resumen, esta paradoja plantea una cuestión intrigante: ¿sigue siendo el mismo objeto si todas sus partes han sido reemplazadas? Por ejemplo, consideremos un PC que he tenido durante 15 años. Le he cambiado la tarjeta gráfica, añadido más RAM, incluso reemplazado el disco duro por uno de estado sólido. ¿Sigue siendo el mismo PC, o es uno completamente nuevo?
Esta paradoja no se limita a los objetos inanimados. De hecho, se extiende a nuestra propia existencia. Con el tiempo, nuestras células se renuevan, nuestro pelo y nuestras uñas se reemplazan. ¿Significa esto que somos completamente diferentes a medida que envejecemos? ¿Somos la misma persona que éramos en la infancia, o para nuestros amigos de la adolescencia? Incluso nuestras células, la piel y la sangre, se renuevan constantemente.
Aquí radica mi dilema: si somos, en esencia, un conjunto de partes en constante cambio, ¿seguimos siendo los mismos? ¿Deberíamos anhelar un pasado que ya no nos pertenece o, más bien, deberíamos construirnos con las nuevas 'piezas de lego' que forman lo que consideramos nuestro "yo"? Estas piezas, algunas nuevas, otras desgastadas o firmemente unidas, definen quiénes somos ahora.
Es precisamente esto lo que he venido a averiguar. Al examinar estas piezas, ¿podré, o podremos, descifrar qué es lo que realmente tenemos aquí?
![]() |
Nave de Teseo |
Comentarios
Publicar un comentario