Primera noche

    Desperté entre unos arbustos, las pequeñas ramas se enredaban en mi pelo. Un olor a a tierra húmeda, hojas en descomposición. El aroma del robledal invadía mi olfato. No, no tenía nada claro dónde estaba,  subí a la pequeña colina que de encontraba a mis espaldas. 
Al final del valle vi un pequeño río.
Me daba un miedo terrible, pensar que no tuviese refugio, al llegar la noche.
Arranqué unas ramas y algo de madera. Hice un agujero en el suelo, cual topo y allí me metí.
Al hacer el refugio también encontré algunas piedras. Me fabrique un pico para hacer más fácil, el trabajo. Al poco, tenía suficiente material para un pequeño horno.
La noche la pase descansando dentro de mi refugio, caliente pero francamente atemorizado por los ruidos del exterior. Deseando que entrasen los primeros rayos del amanecer a través de un pequeño ventanuco que deje a la entrada.

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